fbpx

Hoy, finalmente, luego de una semana, recibimos la respuesta de los concejales del oficialismo con la negativa a convocar la sesión extraordinaria solicitada (Ver enlace abajo). En lugar de brindar una respuesta clara y sincera, recurrieron a argumentos técnicos y evasivas. Con esto, no solo dejan en evidencia que necesitan recurrir a un abogado para intentar justificar lo injustificable, sino que también confirman, una vez más, el desprecio por las instituciones que tienen quienes suscriben la respuesta y que, se supone, deberían representar a los vecinos en el Concejo.

  1. No quieren hablar de los problemas reales. Nos acusan de utilizar las necesidades de los vecinos con fines «políticos y partidarios», pero lo cierto es que nuestra función como concejales es justamente representar a la gente, controlar la gestión municipal y exigir respuestas cuando algo no funciona bien. Pedir explicaciones sobre la salud, el agua y el estado de los servicios no es «politizar», es hacer nuestro trabajo.
  2. La realidad no coincide con su versión. Nos enumeran una larga lista de acciones que, según ellos, han llevado a cabo en salud, obras y servicios públicos. Sin embargo, cualquiera que camine por Malagueño y hable con los vecinos sabe que los reclamos son permanentes en prácticamente todas las áreas. Es evidente que las soluciones que mencionan no se reflejan en la vida cotidiana de la gente.
  3. Se escudan en tecnicismos para evitar responder. Dicen que debimos presentar la nota por la Secretaría del Concejo, pero omiten un detalle clave: el edificio del HCD está cerrado. Además, recurren a formalismos burocráticos para esquivar una cuestión central: la sesión extraordinaria es una herramienta legal para tratar problemas urgentes. Si los servicios estuvieran funcionando bien, no habría necesidad de convocarla.
  4. Un presidente de concejo con demasiadas atribuciones. El presidente del Concejo parece desconocer la división de poderes o, peor aún, ya ocupa un puesto en el Departamento Ejecutivo aunque sigue arrogándose funciones en el Concejo. Responde a sus pares concejales con información incomprobable con la que el cuerpo no cuenta, pero que él, de manera particular, parece poseer, quizás luego de su paso por la intendencia. Si bien celebramos que por este medio y a modo de cruzada personal el funcionario brinde información sobre supuestas obras y medidas tomadas, con ellas no agota los interrogantes que posee una parte de la sociedad.
  5. Representación y realidad electoral. En su nota, pareciera arrogarse la representatividad del pueblo de Malagueño, que decidió en las urnas, pero olvida que un gran porcentaje de la población no los acompañó con su voto y no se siente representada por ellos. Nos atreveríamos a decir que con el transcurrir del tiempo son más los votantes que los han acompañado en las elecciones los que se arrepienten de tal decisión que aquellos que están conformes con su modo de administración.
  6. La auditoría que nadie vio. Dicen que la municipalidad estaba fundida, pero jamás hicieron pública la auditoría que supuestamente lo demostraría. Lo que sí sabemos es que cuando asumieron encontraron un municipio económicamente ordenado, y solo les bastó un puñado de meses para desordenarlo al punto de volverlo ineficiente.
  7. Las descalificaciones son su último recurso. En una reciente publicación periodística (Ver enlace abajo), el presidente del Concejo Deliberante recurre a descalificaciones porque claramente se ha quedado sin argumentos. Habla de «jinetes del apocalipsis», «caranchos políticos arriba de un pony» y «vender pescado podrido». Estas expresiones dejan en claro su falta de respuestas serias ante los cuestionamientos. Además, afirma que «trabajar en silencio» es la mejor opción, lo que en realidad significa trabajar sin transparencia.

Esperamos que el presidente del Concejo pida disculpas públicamente por sus agravios y que el resto de los funcionarios del Departamento Ejecutivo se solidaricen con nosotros ante estas expresiones inaceptables. Las diferencias políticas no pueden justificar este nivel de agresión y descalificación.

Nosotros seguiremos insistiendo. Porque los vecinos merecen un gobierno que los escuche, que dé respuestas concretas, que rinda cuentas y no uno que se esconda detrás de excusas legales para evitar hablar de los problemas reales.

Concejales Lucas Bettiol, María Rosa Pactat y Viviana Montironi

Enlaces:

Dejar un comentario

No se publicará tu dirección de correo electrónico. Los campos obligatorios están marcados con *

Cesta de compras